viernes, 24 de junio de 2011

criticas al nuevo single de GaGa - The edge of glory-






En poco más de dos años, no solo acostumbró a sus pequeños “monstruos” –como llama a sus fanáticos en todo el mundo–, sino también a la gente común y silvestre a quedarse boquiabierto con cada nuevo video musical que presentaba.
Lady Gaga ha empezado a ser víctima de su peor enemiga: ella misma. A sus cortos 26 años ha roto esquemas en todos los sentidos, sea por su música, por su manera de vestir, por lo que dice, por cómo baila y, en especial, por sus videos.
Ya sea por sus desnudos, sus excentricidades físicas, su sensuales bailes, su temática difícil de comprender al principio, Gaga se superaba a sí misma con cada entrega. “No solo siento la música, también quiero verla”, dijo una vez en una entrevista con la cadena MTV.
Ella quería que todo el mundo hablara de su forma de entender y ver la música y lo hizo a lo grande. Basta recordar joyitas como Bad romance o Telephone, junto a la reina negra del pop Beyonce, para saber que Gaga estaba cambiando la industria musical, como años antes lo hizo el grande Michael Jackson o la diva Madonna.


Sin embargo, estos días la ganadora del Grammy ha hecho noticia no por sorprender a la gente con un nuevo look, sino por haber hecho algo insospechado en ella: un video normal y, lo que es peor, aburrido, casi somnoliento. La artista presentó días atrás la expresión visual de The edge of glory, el tercer sencillo de su tercer álbum, Born this way, y lo que ha cosechado han sido críticas furibundas de extraños y de sus propios “monstruos” que quedaron decepcionados, casi con el corazón roto, por semejante fiasco. 
 Los comentarios sobre el video dieron un veredicto abrumador sobre lo que consideran el “peor video” en la corta carrera de la neoyorquina.
Ataviada con un traje Versace de cuero negro al estilo dominatrix, una cabellera bicolor –entre rubio y negro–, y sin deformaciones en la cara, producto de sus implantes corporales, aunque sí mucho maquillaje, Gaga deja a un lado el baile y se entrega a una balada poderosa, quizá la mejor del disco, pero que se pierde en una caminata interminable en un barrio de la Gran Manzana.
Al ver el video la primera sensación que se experimenta es de expectativa pues la gente llega a creer que tras tantos primeros planos y tomas de una caminata la artista llegará a mostrar algo, no se sabe qué, pero algo… que nunca llega.
Algunos han tratado de defenderla aduciendo que Gaga es una artista adelantada a su tiempo, pero lo cierto es que The edge of glory es todo menos futurista o vanguardista. Por el contrario, tiene un tufillo ochentero que algunos ven muy parecido –¡otra vez!– con Madonna. Quizá, como algunos “monstruos” dicen, lo que quería expresar Lady Gaga eran sus inicios cuando no era nadie y recorría, sola e incomprendida, los barrios suburbanos de Nueva York hasta terminar en su apartamento para tratar de comprender el rechazo que generaba. Pero, valgan verdades se pudo haber hecho mejor.

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